Pantalla grande en la pantalla chica

Por María Iribarren, para Tiempo Argentino (fragmento)

TRAMAR LA DIFICULTAD. Entre los proyectos ganadores del Plan de Promoción de Contenidos Audiovisuales Digitales del INCAA (estrenados o a la espera), algunos fueron dirigidos y/o producidos por realizadores cinematográficos. Por ejemplo, Maltratadas (con dirección de Alberto Lecchi), Proyecto Aluvión (dirigida por Francis Estrada y con producción de Marcelo Céspedes) y La nieta de Gardel (dirigido por Gustavo Postiglione). Diálogos fundamentales del Bicentenario (aún sin fecha de estreno) fue producida por SUTEBA, a partir de una idea original del historiador Sebastián Negri, y contó con la dirección general de Lucía Cedrón.
“Interiormente, sentí que fue la diferencia entre el cine de autor y el cine industrial: no se quería un director de tele que desapareciera detrás de un estilo, sino que se buscaron directores de cine que aportaran su mirada particular y su estilo”, recuerda la directora de Cordero de Dios. “Yo propuse una estructura para cada capítulo, trabajé con los coordinadores de guión y dirigí seis episodios. El resto, lo dirigieron Hernán Belón (Sofía cumple 100 años), Ulises Rosell (Sofacama) y Enrique Bellande (Ciudad de María)”
En cada episodio (13 en total), se recrea la reunión de dos personajes que torció el rumbo de la historia: San Martín y Bolívar, Roca y Runciman, Perón y Eva, Lidia Papeleo y Héctor Magnetto, Néstor Kirchner y Lula, entre otros. El elenco estable (integrado por Malena Solda, Carlos Defeo, Luis Machín, Roberto Carnaghi, Ana Celentano, Julián Krakov y Damián Canducci), cubrió todas las interpretaciones.
"Grabamos como si fuera el rodaje de un largo: en ocho semanas corridas, y cada capítulo llevó dos o tres días. Cuando empezamos a ver cómo contar los diálogos nos dimos cuenta de que la idea era divina, pero que se podía transformar en algo tedioso y poco dinámico. Porque, entre dos personas que hablan, hay un montón de cosas que se omiten, que están sobreentendidas. ¿Cómo hacer para que la trama fluya y al mismo tiempo no dejar afuera al espectador que desconoce el contexto histórico? Se me ocurrió incluir en el argumento eso que nos estaba pasando: ficcionalizar el backstage de una directora de cine que está haciendo una serie de televisión, tratando de ver cómo contarla, con un guionista y un historiador.
Esos tres personajes son los que dan la información que hace falta para contextualizar, alivianan los diálogos y cuelan nuestra opinión sobre la problemática que plantea cada episodio.”

Solventada en otros tiempos narrativos, rompiendo la lógica de la tanda comercial o apropiándose de ella, concebida desde un encuadre cinematográfico, hay una imagen nueva en la TV que, acaso, logre rectificar la hegemonía audiovisual que aún domina esa pantalla.


Ver nota completa en Suplemento Cultural del diario Tiempo Argentino http://tiempo.elargentino.com/notas/pantalla-grande-pantalla-chica